No sería el primero…
Algún jugador activo en su momento me confesaba que su entrenador le pedía un porcentaje de su sueldo para tenerlo en el equipo, ni siquiera parte del arreglo era para hacerlo jugar. Llegó de Cruz Azul a un equipo de la Sultana.
No es casualidad probablemente, que en un equipo como el Monterrey de pronto jueguen determinados elementos y no los que la mayoría cree que rinden más.
En teoría “la mayoría” no sabe más o no debería saber más que un entrenador o un directivo.
Lo que hoy dice Walter Gargano es una acusación muy seria.
Alguien añadiría: “Claro, de ser cierta”.
No señor. De origen es seria.
La acusación lo es de cuerpo entero.
En esa empresa alguien debería ya haber salido a atajar ese disparo violento que tiró el volante charrúa y que pone luz a pasajes grises de su trayecto por el equipo cuando algunos lo veían como el guerrero discreto y luchón que necesitaba el equipo en el ombligo de la cancha, pero su técnico lo ubicaba cargado hacia el lado izquierdo… pero de la banca.
Callar sería otorgar…
Si no es cierto, es algo muy delicado; si lo es… peor.
En algún momento enmendarán…
Lo dije cuando anunciaron que vendría.
No es una buena persona…
Los engañó como jugador y sigue haciéndolo.
Como entrenador exigente de que todo mundo corriera, pidiendo algo que él jamás hizo como jugador. Que se la llevaba trotando de puntitas y la exigía al pie para evitar la fatiga y con dos o tres lances a los espcios para que lo demás corrieran, pedía el aplauso de la tribuna.
Eso sí, cuando era necesario, flotaba, sacaba la patita y se dejaba llevar. Dos o tres fechas después apretaba y hacía sentir a la tribuna y al grupo y al entrenador lo “indispensable” que era… Así fue su vida de futbolista. Un crack del engaño.
Lo que dijo un argentino sobre el futbol mexicano tiene razón. En muchos sentidos es una mierda el futbol mexicano… méritos propios tenemos suficientes, pero también mucho tiene que ver tanta basura que nos mandan de los márgenes del Río de la Plata.
Hay cosas que la gente de futbol no le gusta leer.
No siempre.